Año 2022, 2 de setiembre. Foro N° 13.
La época que vivimos se halla caracterizada por una fuerte reivindicación desde diversos lugares, círculos académicos, sociedades científicas, grupos, colectivos e instituciones acerca de los derechos civiles de las personas con identidades y/o preferencias distintas a la llamada ‘orientación heterosexual’.

Es un tema actual, delicado y sensible en la opinión pública, que ha generado a la interna eclesial, que se siga reflexionando aún sobre el mismo, a la luz de los avances de la ciencia y de la agenda de derechos humanos de las personas.
En las instituciones educativas del área católica ha ocasionado muchos desconciertos y desaciertos pues, uno puede encontrar dentro de las mismas, educadores con discursos bien diferentes entre si. Muchos no saben que decir u opinar, no logran elementos suficientes como para generar un discernimiento personal sobre la temática. Se suma además, la inexistencia de una reflexión crítica actualizada a la interna, que permita pensar el tema de otra manera.
En medio de esta realidad, surgen varios desafíos a los que nos enfrenta el pensamiento cristiano: ¿cómo interpretar este fenómeno humano sin traicionar el evangelio? ¿Cómo abordar la temática de la llamada ‘diversidad sexual’ desde el anuncio del Reino de Dios, propuesto por Jesús?
Nos apoyaremos para el análisis, en el esquema ya conocido y utilizado en temas anteriormente propuestos.
Desde las concepciones de Salud vigentes.
Estas realidades a las que nos referimos ya existieron desde la antigüedad, presente en todas las culturas y momentos históricos de la humanidad. Hubo tiempos y lugares donde la homosexualidad y lo que no entraba dentro de la heterosexualidad estuvo naturalizado y en otros, conviviendo de forma oculta y cuestionada (incluso dentro de las instituciones que la rechazaban y en las familias tradicionales).
Con la aparición de la teoría psicoanalítica, a partir de comienzos del siglo pasado fue categorizado dentro de la cultura occidental, como realidades patológicas, a las que se les llamó en su momento, ‘perversiones’ y que eran necesario tratar o curar.

Si bien son innegables los aportes a la humanidad de Freud y sus seguidores en el campo de la psicología, aún hoy parte de sus teorías siguen siendo fuertemente cuestionadas.
Desde mediados del siglo XX el surgimiento de la sexología como ciencia de la salud y de la educación ha ido incorporando nuevos descubrimientos, avances y teorías que han enriquecido el pensamiento científico. Fue profundizando en el conocimiento de la sexualidad humana, buscando entender la misma. En este camino, han aparecido acercamientos teóricos que dan cuenta del fenómeno llamado de la ‘diversidad sexual’ con mayor exactitud que los planteos realizados por el psicoanálisis medio siglo antes.
La OMS la define así: “Es un término que se usa para referirse, de manera inclusiva, a toda la diversidad de sexos, orientaciones sexuales e identidades de género sin necesidad de especificar cada una de las identidades, comportamientos y características que conforman esta pluralidad”. (WHO, 2006)
Más de 35 años de investigación científica han demostrado que la homosexualidad, en sí misma, no se asocia con trastornos mentales ni problemas emocionales o sociales. Si bien aún no está todo totalmente explicado y fundamentado, este avance de la ciencia, ha sido causa de que los manuales de psiquiatría a nivel mundial (CIE y DSM) hayan progresivamente retirado de los mismos, la homosexualidad, la bisexualidad y la transexualidad como entidades definidas como trastornos mentales y emocionales.
En 1973, la Asociación Americana de Psiquiatría confirmó la importancia de una investigación nueva y mejor diseñada y suprimió a la homosexualidad del manual oficial de psicopatología. Dos años después, la Asociación Americana de Psicología promulgó una resolución apoyando esta supresión.
Durante más de 25 años, ambas asociaciones solicitaron a todos los profesionales de la salud mental que ayuden a disipar el estigma de enfermedad mental que algunas personas todavía asocian con la orientación homosexual.
Después de variadas investigaciones realizadas, desde las ciencias de la salud se afirma hoy, que ‘la sexualidad humana es diversa’. ¿De qué se trata? Significa que la sexualidad humana no adopta una sola forma aceptada como ‘normal’ (la heterosexualidad). Sino que la normalidad sexual presenta diversidad de maneras de ser y estar en el mundo. Algunas de ellas, las conocemos con nombres como heterosexual, homosexual, bisexual, pansexual, asexual, transexual, transgénero, etc. Pero, además, la combinación de todas ellas y los términos intermedios entre dichas categorías multiplica a su vez, las formas sexuadas de ser y estar en ese mundo como seres humanos. Todas ellas coexisten y hoy se les considera sin distinciones como parte de la ‘normalidad de la salud’ de los seres humanos.
Afirmar lo contrario hoy, es no darse cuenta de que las últimas evidencias científicas al respecto, ya no son ambiguas en lo que respecta a este punto. En relación a los orígenes de la orientación sexual de una persona, la mayoría de los científicos acuerdan que esta, es más probablemente el resultado de una interacción compleja de factores biológicos, cognitivos y del entorno que interactúan y juegan un papel importante en la sexualidad de una persona.
Para aquellos que poco entienden sobre esta temática, es importante que distingan algunos conceptos claves provenientes del campo de la sexología sobre ‘la Identidad sexual’, realidad que se va construyendo y se termina de consolidar en la adolescencia. La misma tiene cuatro componentes: el sexo, la identidad de género, los roles y la orientación sexual. ¿Qué es el ‘sexo’? “Son las características biológicas que definen a los seres humanos como hombre o mujer. Estos conjuntos de características biológicas tienden a diferenciar a los humanos como hombres y como mujeres, pero no son mutuamente excluyentes, ya que hay individuos que poseen ambos”. (WHO, 2006) ¿Qué es la ‘identidad de género’? “Es la convicción íntima y profunda que tiene cada persona acerca de su pertenencia al sexo femenino o masculino, independientemente de sus características cromosómicas o somáticas”. (ANEP/CODICEN, 2005).
¿Qué son los ‘roles’? Es la expresión de femineidad o masculinidad que presenta una persona en su forma de actuar, de acuerdo con las normas de su grupo y sociedad”. (ANEP/CODICEN, 2005) ¿Qué es la ‘orientación sexual’? “La orientación sexual – o preferencia sexual - es la organización específica del erotismo y/o el vínculo emocional de un individuo en relación al género de la pareja involucrada en la actividad sexual. La orientación sexual puede manifestarse en forma de comportamientos, pensamientos, fantasías o deseos sexuales, o una combinación de estos elementos”. (OPS/OMS/WAS, 2000)
Por último, es primordial tener claro que cada una de estas variantes a las que nos hemos referido de nuestra forma de vivir la sexualidad, no constituye una opción de la persona. Lo único que la persona puede decidir libremente, es si exterioriza o expresa públicamente lo que siente internamente.
Desde las concepciones de derechos.
Al pensar esta temática a la luz de los derechos humanos, no podemos desconocer:

El derecho a la no discriminación de cada ser humano, consagrado por las Naciones Unidas en los llamados Principios de Yogyacarta (2006) donde se estableció la eliminación de toda forma de discriminación, incluso por motivos de orientaciones sexuales e identidades de género. En nuestro país está garantizado por la ley 19846/ 2019 que en su artículo 2 dice así: “Las mujeres y los varones son iguales en dignidad y derechos entre sí. Queda prohibida toda forma de discriminación en base al género y se considerará nula toda disposición en contrario”. Y continúa en su artículo 5 afirmando: “se considera discriminación múltiple a la intersección de la discriminación en base al género con otros factores tales como la ascendencia étnico-racial, la condición socioeconómica, la edad, la discapacidad, la orientación sexual, la identidad de género, el lugar de origen o la residencia”.
El derecho a información basada en el conocimiento científico. Este derecho implica que la información debe ser generada a través de la investigación científica libre y ética, así como el derecho a la difusión apropiada en todos los niveles sociales. No olvidemos que todo ser humano debería tener garantizado el poder acceder a la información sobre estos asuntos.
Desde las concepciones de bioética.
La Regla moral de la Veracidad nos señala que debemos proporcionar al educando la información de forma veraz, para no hacer más daño del bien que se pretende. Esto significará que se deberá ser cuidadoso de no falsear la información que proveen las ciencias de la salud, intentando estar lo más actualizado posible para acompañar de forma asertiva a los educandos en la tarea de interpretar sus propias vidas, en un contexto de humanización amplio, que les permita entender lo que sienten dentro de sí y lo que sucede en el resto de los seres humanos.

El ‘Principio de Autonomía’ proclama la categoría de sujeto moral de todos los individuos, y por tanto, su derecho a la libertad de conciencia, a la libre expresión de sus opiniones y a la toma de decisiones en un ámbito de diálogo, respeto y privacidad, que favorezca la reflexión y la deliberación, luego de obtener la información veraz y oportuna.
Analicemos el tema desde la concepción cristiana.
En 1992, el catecismo de la Iglesia católica ha expresado oficialmente que se reconoce que esta realidad existe y se afirma que las causas que lo producen permanecen aún sin conocerse, se invita a las personas a evitar todo signo de discriminación hacia todas y cada una de las personas.

“La homosexualidad designa las relaciones entre hombres y mujeres que experimentan una atracción sexual, exclusiva o predominante hacia personas del mismo sexo. Reviste formas muy variadas a través de los siglos y las culturas. –su origen psíquico permanece en gran medida inexplicado. Apoyándose en la Sagrada Escritura que los presenta como depravaciones graves (cfr Gen 19, 1-29; Rom1, 24-27; 1 Cor 6,10; 1 Tim 1), la Tradición ha declarado siempre que los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados (CDF, decl. “Persona humana” 8). Son contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual al don de la vida. No proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual. No pueden recibir aprobación en ningún caso”. (Congregación para la Doctrina de la Fe N°2357)
“Un número apreciable de hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales instintivas. No eligen su condición homosexual; ésta constituye para la mayoría de ellos una auténtica prueba. Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor, las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición”. (Congregación para la Doctrina de la Fe N°2358)
En ese mismo documento se distingue, conceptos como “orientación sexual” (no se elige) y “el acto homosexual” (fruto de la decisión personal del sujeto) como contrario a lo que Dios quiere como ideal de felicidad para las personas humanas. Invita a las personas no heterosexuales a ofrecer su sufrimiento junto a la Cruz de Jesús y les propone vivir la castidad como ideal de vida.
“Las personas homosexuales están llamadas a la castidad. Mediante virtudes de dominio de sí mismo que eduquen la libertad interior, y a veces mediante el apoyo de una amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana”. (Congregación para la Doctrina de la Fe N°2359)
Es importante aclarar que, varios autores en la actualidad ponen en discusión estas afirmaciones que se han realizado desde el Catecismo. Entre ellos se encuentra el padre James Martin, sj, jesuita redactor jefe de la revista “América”, el único semanario católico de Estados Unidos con 45 mil ejemplares; es además consultor del dicasterio vaticano para la comunicación. Ha ganado popularidad por hacer su apostolado específico entre personas LGTBI.
El Papa le escribió una carta a mano el 21 de junio del año pasado, en la que le agradece “su celo pastoral y su capacidad de estar cerca de la gente con esa cercanía que tenía Jesús y que refleja la cercanía de Dios. Dios está cerca de sus hijos, de todos y cada uno. El estilo de Dios tiene tres rasgos: cercanía, compasión, ternura. Veo que continuamente tratas de imitar este estilo de Dios. Eres un sacerdote para todas y todos como lo es Dios. Rezo para ti para que sigas siendo cercano, compasivo y con mucha ternura para con todos” (Francisco).
Según Martin no se trata de enfermedad o trastorno mental. Ellos no han elegido su orientación ni tampoco hay que culpar a los padres de eso. Hay que tratarlos a ellos también como feligreses que buscan a Dios, la Palabra de Dios e integrarse a la comunidad cristiana.
Por otra parte, aparece la actitud y los comentarios del Papa Francisco, quien ha expresado públicamente y ha mostrado en sus reuniones con homosexuales y personas transgénero una apertura hacia quiénes son y cómo viven.
Es mucho más, lo que nos une …
Quisiera destacar en primer lugar la complementariedad existente entre los cuatro análisis realizados anteriormente, que no se contradicen entre sí; sino más bien se enriquecen mutuamente.
Una vez más, quisiera explicitar aquí, algunas cercanías de pensamiento que unen a la 'educación sexual laica oficial' y 'la educación afectivo sexual católica', al referir a esta temática.

Ambos sistemas coinciden en un reconocimiento hacia la existencia de estas realidades: “la sexualidad no se reduce a la heterosexualidad”. Existen otras variantes en el campo fenomenológico.
Las ciencias de la salud tienen por delante aspectos relacionado a la génesis o el origen de porqué sucede así, que hoy continúan inexplicados y que sigue siendo motivo de investigación.
Existe coincidencia total en que la discriminación ha sido y es fuente de mayor patologización de muchas de estas personas. Esto genera posturas no respetuosas de la dignidad de los seres humanos, dificulta una inserción saludable y armoniosa de las mismas, y crea situaciones de segregación, agresiones, enjuiciamientos y exclusión entre los seres humanos.
Algunas especificidades que agrega el pensamiento cristiano
Se distingue el acto de la orientación. Una cosa es sentir y percibir cómo se ha ido construyendo mi identidad sexual. Otra distinta, es lo que decido hacer con mi vida a partir de lo que descubro que ha pasado en mi sexualidad, ya que esta última pasa por mi libertad y responsabilidad personal.
Estas personas están llamadas a unir al sacrificio de la cruz del Señor, las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición. También están llamadas a realizar la voluntad de Dios en sus vidas.
Se les propone vivir la castidad como ideal de vida, mediante virtudes de dominio de sí mismo que eduquen la libertad interior, de la oración y la gracia sacramental, para alcanzar la perfección cristiana.
Sostiene que no es lícito impartir una bendición a parejas incluso estables, que impliquen por sí mismas, la no transmisión de la vida, como es el caso de las uniones entre personas del mismo sexo.
Algunos aspectos que propongo para la acción …
A modo de cierre, esbozaré algunos aspectos que considero esenciales destacar para que, el anuncio evangélico pueda ser posible en esta temática desde un enfoque liberador y no desde un enfoque fundamentalista.
En primer lugar, quisiera señalar que, en mi opinión es un error pensar esta temática como un tema de causa – efecto, con las llamadas ‘ideologías de género’. Asociarlas entre sí, sólo contribuye a generar mayor incomprensión y discriminación por estas realidades. Lo planteado al respecto, es como el ABC en el campo de las ciencias sexológicas y son formulaciones que más bien, constituyen parte de los avances que ha vivido la investigación científica sexológica en estos 50 últimos años.
Un segundo aspecto central, lo constituye la necesidad de centrar todas nuestras energías en una educación inclusiva, que evite todo tipo de discriminación hacia otros seres humanos. No solo experimentan que les ocurren otras cosas en sus vivencias de la sexualidad, diferentes a las que se creen hegemónicas y normalizadoras; sino que además, sufren por ser objeto de la discriminación y exclusión de otros seres humanos, que se constituyen arbitrariamente en ‘dueños de la verdad’.
Una tercera línea se relaciona con proporcionar toda la información científica que circula sobre la temática de forma actualizada, evitando sesgarla con juicios de opiniones personales, que permita generar un adecuado espíritu crítico en cada educando.
Además, se debe alentar en todos aquellos que componemos la iglesia, una actitud de búsqueda y conocimiento por lo que las ciencias de la salud van investigando y laudando sobre esta temática, para no quedar equívocamente desaggiornados, e inducir así a otros, en errores que se podrían evitar.
Se vuelve imprescindible respetar y entender a cada persona, con sus historias de vida y sus situaciones concretas. Ser conscientes que, entre nuestros educandos seguramente existen personas que sienten que les pasa algo de lo que hemos descripto; por lo cual se deberá ser muy cuidadoso, para que nadie se sienta juzgado o excluido por una afirmación o una opinión personal desacertada del educador, que nada aporta a una adecuada reflexión crítica.
Me gustaría cerrar este artículo reivindicando un cambio radical en la pedagogía que se utiliza para acompañar y realizar el anuncio evangélico. Siempre, son las propias personas quienes deciden sobre sus vidas y sus actos frente a Dios. Nosotros somos simples acompañantes que podemos facilitar o entorpecer la vida que nos rodea. Renovemos con autenticidad la vocación por anunciar el Reino de Dios que nos propuso Jesús, sabiendo entender y respetar a nuestros hermanos humanos, aunque no piensen o aparezcan como uno, en este mundo pluralista.
Agustín Bergeret
Referencias bibliográficas
ANEP/CODICEN (2006). La incorporación de la educación sexual en el Sistema educativo formal: Una propuesta de trabajo. Uruguay.
WORLD HEALTH ORGANIZATION, et al. (2019). Clasificación Internacional de Enfermedades CIE-11.
Congregación para la Doctrina de la Fe. Catecismo de la Iglesia Católica, Roma. (1992)
American Psychiatric Association. (2013). DSM V: manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales.
Ley 19846 / 2019. Uruguay.
OPS/OMS/WAS, (2000). Promoción de la Salud Sexual. Recomendaciones para la acción, Guatemala.
Revista Umbrales. Carta del Papa al Jesuita p. James Martin. Uruguay. (2021) Publicado en: https://umbrales.edu.uy/2021/07/06/carta-del-papa-al-jesuita-p-james-martin/
World Health Organization (2006). Defining Sexual Health. Report of a tecnichal consultation on sexual health. Geneva.
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