Año 2022, Abril. Foro N° 2.
¿Cómo es posible que el marco de derechos humanos existente, que enorgullece a la humanidad, sea válido para algunos temas, pero para otros no? ¿Cómo puede ser que las últimas evidencias del mundo científico, de forma particular de las ciencias de la salud, sean ciertas para algunos temas y para otros no? ...
A la hora de realizar Educación Afectivo Sexual, les propongo analizar cada uno de los temas que se aborden, considerando 4 pilares referenciales, desde donde pensar y cuestionar la forma de actuar. El primero será el llamado ‘Marco de Derechos Humanos’, el segundo refiere al ‘Marco de Concepciones de Salud’ vigentes en consonancia con las últimas evidencias científicas disponibles, el tercero consiste en los ‘Principios de la Bioética’ y finalmente el 'Marco de Concepción Cristiana de la Sexualidad’. Se vuelve importante que, siempre al analizar los diferentes temas se busque hacer dialogar estos cuatro pilares de referencia. De esta forma, encontraremos caminos de síntesis que respeten lo más posible los mismos.
Cuando no se logra un diálogo total entre ellos, el conflicto sigue persistiendo, y será necesario definir desde donde se sitúa finalmente la institución educativa. Esto ocurrirá algunas veces en los Colegios Católicos, con algunos temas. Por eso, ‘la Concepción Cristiana de la Sexualidad’ y el ‘Marco de Principios de Bioética’ deberán funcionar como rectores, respecto de los otros pilares propuestos; se debe busca ser lo más respetuoso posible, cuando no se llega a un entendimiento razonable. Como es evidente, esto ocurriría excepcionalmente. Y no, como modo habitual para referirse a los distintos temas. Si los marcos de ‘Derechos’ y de ‘Salud’ tienen validez universal no deberían acentuar conflictos entre sí. Siempre es mucho más la verdad que une a estos marcos propuestos, en cualquiera de los temas que uno se plantee, que lo que les separa realmente.

La Declaración Universal de los derechos humanos constituye el catálogo básico de derechos que poseen todos los seres humanos a lo largo de su vida, basado en el reconocimiento de la dignidad intrínseca e inalienable de toda la familia humana. En su articulado se integran los derechos civiles y políticos, y los derechos económicos, sociales y culturales, que luego se han ido desarrollando por medio de tratados de derechos humanos específicos. Así se llega a "los derechos sexuales y reproductivos". “Los Derechos Humanos son atributos inherentes a toda persona por su sola condición de serlo, sin distinción de edad, raza, sexo nacionalidad o clase social”.
Los mismos, además de ser jurídicamente exigibles e irrenunciables, tienen las siguientes características: universales, interdependientes e indivisibles. Analicemos que significa esto:
‘Universalidad’. Desde el punto de vista ético normativo, la universalidad de los derechos humanos es una condición indispensable para la vigencia de los derechos de todas las personas. Significa que son inherentes a todas las personas en todos los sistemas políticos, económicos y culturales. Si los derechos no son universales, entonces no son derechos. Es así, como la evolución de los derechos humanos posterior a la Declaración Universal se podría caracterizar por sus avances progresivos en la no discriminación e incorporación de nuevos sujetos, así como el ejercicio del derecho a la libertad. En este sentido, la protección específica de los derechos de las mujeres, luego de los niños/as, luego de los pacientes, luego de las personas con discapacidad, etc., ha constituido un avance hacia la protección de discriminaciones invisibilizadas bajo la abstracción formal de la expresión ‘todos los seres humanos’.
'Indivisibilidad’. Esto significa que un derecho para ser considerado derecho humano debe cumplirse en su totalidad. No puede cumplirse una parte del mismo y otra no.
‘Interdependencia’. Significa que se encuentran relacionados unos con otros, conforman un todo y no se puede sacrificar un derecho por defender otro. Esta característica es muy importante, pues algo que quiere ser considerado derecho humano, no puede ser un aspecto aislado que contradiga a otros derechos, pues crearía dilemas éticos que pondría en riesgo la validez del mismo como tal.
En los aspectos de Derechos, a veces ocurre que algunos temas no han sido laudados de la forma más consensuada, pues el tema al que refieren supone de fondo dilemas éticos no resueltos de la forma más universal posible.
En los conceptos de Salud puede suceder también, que algún tema se cree laudado, pero aparecen nuevas evidencias que cuestionan a aquellas que se creían ciertas y válidas. Hasta que la ciencia no logra un consenso total a la luz de las nuevas evidencias, se producen discusiones y tomas de posición parciales.
En este sentido, me gustaría aludir a lo que plantea el Concilio Vaticano II (GS, 54) cuando se afirma que reconoce la justa libertad y autonomía entre la ciencia y la fe. Y lo considera como algo altamente positivo. Hay que reconocer y emplear en el trabajo pastoral no solo los principios teológicos, sino también los descubrimientos de las ciencias (psicología, medicina, sexología, sociología, como tantas otras). Reconoce como un valor el estudio de las ciencias y la exacta fidelidad a la verdad en las investigaciones científicas, la necesidad de trabajar conjuntamente en equipos técnicos, el sentido de la solidaridad internacional, la conciencia cada vez más intensa de la responsabilidad de los peritos para la ayuda y la protección de los hombres, la voluntad de lograr condiciones de vida más aceptables para todos. (Concilio Vaticano II, GS,54).
A veces, la institución Iglesia y algunos cristianos sin suficiente información hemos quedado desactualizados respecto a lo que, algunos avances científicos han laudado; y esto ha creado discusiones estériles o enseñanzas desactualizadas.
Los Principios de la ‘Bioética’. A veces se planean o realizan determinadas acciones en nombre de los derechos, o de la salud, o de la promoción de la Fe que pueden estar reñidos con principios éticos. Cuando hablamos de seres humanos, ‘el fin nunca justifica los medios’. Por eso, este marco rector laico, es muy importante.
Pero, ¿qué es la bioética? “Se trata del estudio sistemático de la conducta humana en el campo de las ciencias biológicas y la atención de la salud, en la medida que esta conducta se examine a la luz de los valores y principios morales. Entre sus múltiples aportes, sus principios ofrecen perspectivas para el desenvolvimiento de las acciones y elementos para la posible deliberación en situaciones dilemáticas”. (ANEP, 2006)
Este marco referencial ha sido propuesto desde un inicio por la Dra Stella Cerruti en la introducción de la Educación sexual al ámbito público. Funciona desde el mundo laico como un foco poderoso de alerta y de humanidad, para orientar las acciones y temáticas que se utilizan no sólo en esta tarea, sino en todo el campo de las ciencias humanas, como son salud y educación, entre otros.
Por último, ‘la concepción cristiana de la sexualidad’. La Educación afectivo-sexual ha transitado diversos caminos en el acontecer educativo de nuestro país. Grandes incursiones, polémicas, confrontaciones, censuras y desacreditaciones han sucedido dentro y fuera de la Iglesia Católica, lo que nos ha cuestionado a los que decidimos dedicarnos a este campo de la Enseñanza. Quizás sea momento de comenzar a preguntarnos ¿cuál es el norte hacia donde caminamos?, y ¿desde dónde nos posicionamos en esta tarea tan delicada como creativa?
Un peligro amenaza esta tarea que nos convoca: la posibilidad de perder de vista lo esencial: Ser fiel a la ‘Persona humana’ y a ‘Dios’ simultáneamente, como aquellos dos ejes de referencia que en realidad constituyen una unidad, puesto que lo que quiere el Dios de Jesús es la vida plena y digna del ser humano en el mundo.
Cabe recordar las palabras del Papa Francisco, cuando afirma en: la Exhortación apostólica Amoris Laetitia: “Naturalmente, en la Iglesia es necesaria una unidad de doctrina y de praxis, pero ello no impide que subsistan diferentes maneras de interpretar algunos aspectos de la doctrina o algunas consecuencias que se derivan de ella. Esto sucederá hasta que el Espíritu nos lleve a la verdad completa (cf. Jn 16,13), es decir, cuando nos introduzca perfectamente en el misterio de Cristo y podamos ver todo con su mirada”. (Amoris Laetitia, 3)
Siguiendo esta mirada de Francisco, consideraremos el ‘marco de la concepción cristiana de la sexualidad’ desde un enfoque liberador (no fundamentalista). Se procurará recoger y explicitar las convicciones más firmes sobre la sexualidad, desde una óptica cristiana, a la luz del Concilio Vaticano II, que ayude a fundamentar que ‘Educar en la sexualidad desde una óptica cristiana’, no puede ser de otra manera que, desde una concepción ‘liberadora’.
Estos marcos de referencia, deberían funcionar en Educación Afectivo Sexual como una herramienta conceptual de análisis, respecto cualquier tema que consideremos estudiar. De esta forma, se podrán lograr líneas de acción más adecuadas y creíbles por adolescentes y jóvenes, para instrumentar en el ámbito educativo católico.
Agustín Bergeret .
Referencias bibliográficas
ANEP/CODICEN (2006). La incorporación de la educación sexual en el Sistema educativo formal: Una propuesta de trabajo. Uruguay.
Concilio Vaticano II. Constitución “Gaudium et Spes”. Biblioteca de Autores Cristianos, Trigésimo sexta edición, Madrid. (1967).
Exhortación Apostólica Amoris Laetitia. Roma. (2016)
Vidal Marciano. Ética de la Persona, Tomo II-Moral de Actitudes. PS Editorial. Madrid. Cuarta Edición. (1979).
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¿Te animas a elegir una temática concreta, e intentar realizar el análisis desde estos 4 pilares de referencia? Vamos completando la reflexión entre todos ...