Año 2022, mayo, 27. Foro N° 6.
Desde hace muchos años, las experiencias de noviazgo y los procesos de pareja han sido una de mis preocupaciones.

¿Cómo acompañar y ayudar a otras parejas a hacer camino juntos? ¿A qué aspectos de la relación se necesita prestarle más atención, para que ese amor que nació de un enamoramiento, pueda crecer, consolidarse y durar en el tiempo con salud psicológica y permaneciendo como fuente de felicidad para ambos? ¿En qué aspectos de la relación es importante agudizar la mirada y la escucha, para discernir si es posible formar una vida juntos, basada en el amor? ¿Sólo es una cuestión de suerte o del azar?
Estas y otras tantas preguntas han ocupado algunos de mis desvelos cotidianos. Son preguntas con no fáciles respuestas. Lo que compartiré en este artículo busca hacer síntesis de una intuición genial descrita por el Sexólogo Dr. Andrés Flores Colombino y enriquecida por 30 años personales de vida en pareja, que se suman a otros tantos de trabajo pastoral acompañando procesos de muy diversa índole.
La experiencia del Amor de pareja se construye día a día. Es siempre tarea de dos protagonistas, inmersos en una sociedad y una cultura concreta. Constituye un lugar y un tiempo de intentos. Es tiempo de conocimiento del otro. Es tiempo de construcción de vínculos. Es tiempo de discernimiento y conversión personal, así como de opciones y compromisos valientes.
Les propongo algunas preguntas que podrían iluminar el discernimiento: ¿Se aman realmente ó simplemente es sólo un enamoramiento? ¿Con el otro puedo realmente ser feliz en mi vida, sin sentir algo de insatisfacción? ¿Qué posibilidad existe de construir algo juntos, en la vida y en a sociedad? ¿Qué viabilidad existe de que adquiera estabilidad y dure en el tiempo? ¿El otro es camino en mi vida, para llegar a Dios?
En mi opinión, el Amor de pareja es como una planta que crece cotidiana y misteriosamente. Y, que necesita ser abonada y cuidada día a día, para que encuentre solidez, eche raíces profundas y no se marchite con el tiempo.
Afirma el Papa Francisco en Amoris Laetitia: “Lamentablemente muchos llegan a las nupcias sin conocerse. Sólo se han distraído juntos, pero no han enfrentado el desafío de mostrarse a sí mismos y de aprender quién es en realidad el otro” (A.L., N°210).
Situación que muy frecuentemente subyace a la historia de muchas parejas que, prestándole atención a aspectos cotidianos superfluos, no aprovechan el tiempo y las situaciones de convivencia para conocerse en profundidad
¿Cuáles serían algunos de los fertilizantes que necesito usar con inteligencia y dedicación?
La Amistad. Es deseable que dos personas que se aman en serio, se vayan convirtiendo poco a poco en buenos amigos recíprocamente uno del otro.
En Amoris Laetitia el Papa Francisco enseña: “después del amor que nos une a Dios, el amor conyugal es la 'máxima amistad'. Es una unión que tiene todas las características de una buena amistad: búsqueda del bien del otro, reciprocidad, intimidad, ternura, estabilidad, y una semejanza entre los amigos que se va construyendo con la vida compartida”. (A.L.123)
Y dentro de esta realidad que constituye ‘la amistad’, mágica por naturaleza, pero que es a la vez una construcción cotidiana de dos personas, destacaría la capacidad de ‘escucha empática’ y sin prejuicios, que le ofrecemos al otro, que se traduce en un sentirse no sólo escuchado, sino fundamentalmente comprendido y existiendo tal como somos. Para que esto ocurra, se necesita sin lugar a dudas, ‘tiempos de gratuidad’ que es necesario disponer o encontrar para disfrutar de la compañía del otro. (Cucci Giovanni, 2022).
Por último, destacaría la experiencia del ‘perdón’. En mi trayectoria de vida, aprendí, a ‘no dejar pasar más de 48 horas’ sin hablar los desacuerdos, roces o conflictos que se hayan tenido con otro, pidiéndole de corazón perdón. Creo que es una experiencia muy sanadora de la amistad y que permite recuperar rápidamente la confianza recíproca entre los seres humanos y da posibilidad a que la misma, pueda continuar fortalecida.
Uno podría preguntarse: en el tiempo que llevan recorrido juntos, ¿ha crecido la amistad como pareja? ¿En qué signos y hechos se percibe? ¿Qué valores, tiempos y situaciones se priorizan para que esto suceda? ¿Cuáles se han enfriado o deteriorado? ¿Por qué? ¿Es posible cambiar algo, para que mejore?
La Admiración. Es importante sentir que se es objeto de admiración recíproca, por parte de aquellas personas que amamos con exclusividad. Esto se traduce también en ‘ver al otro en términos positivos’ (Cucci Giovanni, 2022). Si esto no ocurriera, es probable que poco a poco, dicha relación se vaya transformando en ‘lástima’ de uno por el otro. O pueda convertirse paulatinamente en una mirada crítica y de poca tolerancia entre ambos que, “con el tiempo puede llevar a que el amor sea sustituido poco a poco por una mirada inquisidora e implacable, por el control de los méritos y derechos de cada uno, por los reclamos, la competencia y la autodefensa” (A.L. N°218).
Francisco enseña: “El amor al otro implica ese gusto de contemplar y valorar lo bello y sagrado de su ser personal, que existe más allá de mis necesidades”. (A.L.127) “El amor abre los ojos y permite ver, más allá de todo, cuánto vale un ser humano”. (A.L.128)
Puede servir cuestionarse acerca de ¿qué admiro y valoro del otro/a? ¿qué llena de orgullo sobre ti a tu pareja y recíprocamente? ¿qué aspectos son necesarios mejorar sobre las actitudes y costumbres cotidianas, para que este aspecto se robustezca?
La Atracción Sexual. La relación de pareja no es un amor platónico, sino que es sexuado. Supone acuerdos en los que se va transitando por grados de intimidad creciente, de acuerdo a los valores que se tienen. Supone expresiones de afecto graduales y mantenidas en el tiempo (besos, caricias, abrazos, mimos, miradas cariñosas, relaciones sexuales, continencia, juegos, ...). El Papa Francisco nos dice en su exhortación apostólica: “Es una amistad que incluye las notas propias de la pasión, pero orientada siempre a una unión cada vez más firme e intensa. (…) no ha sido instituida solamente para la procreación sino para que el amor mutuo se manifieste, progrese y madure”. (A.L.125) Y más adelante expresa “un amor sin placer ni pasión no es suficiente para simbolizar la unión del corazón humano con Dios”. (A.L.142) Y luego “La sexualidad no es un recurso para gratificar o entretener, ya que es un lenguaje interpersonal donde el otro es tomado en serio, con su sagrado e inviolable valor”. (A.L.151).
Este aspecto no surge sólo por generación espontánea, también se necesita cultivar y mantener vivo. Cuidar el atractivo e higiene personal, expresar los afectos y la sexualidad con respeto y pasión ayudan a la comunicación de la pareja. Aspectos que necesitan ser protegidos de la rutina, del paso del tiempo y del desgaste de la convivencia diaria. El diálogo, la novedad, el dejarse sorprender y la creatividad pueden ser muy útiles.
El Proyecto en común. Se afirma en Amoris Laetitia: “No podemos prometernos tener los mismos sentimientos durante toda la vida. En cambio, sí podemos tener un proyecto común estable, comprometernos a amarnos y a vivir unidos hasta que la muerte nos separe, y vivir siempre una rica intimidad. El amor que nos prometemos supera toda emoción, sentimiento o estado de ánimo, aunque pueda incluirlos. Es un querer más hondo, con una decisión del corazón que involucra toda la existencia. Así, en medio de un conflicto no resuelto, y aunque muchos sentimientos confusos den vueltas por el corazón, se mantiene viva cada día la decisión de amar, de pertenecerse, de compartir la vida entera y de permanecer amando y perdonando”. (A.L. 163)
Este componente resulta estratégico. Muchas veces seducidos, por una cultura hedonista y del ‘use y tire’ que describe Bauman, sacrificamos este asunto en pro de una cultura de ensalzamiento de los derechos individuales, como adversarios de la capacidad de renuncia por amor o de la donación de sí. Si bien, cada ser humano está llamado a construir sus propios proyectos existenciales (amigos, estudios, trabajos, hábitos, costumbres, familias, concepciones, mitos, ideas, etc.) sin anular los de su pareja, no existe viabilidad real de pareja que no contemple zonas comunes de proyectos en la vida.
La pregunta que muchas parejas evaden, es ¿si los proyectos individuales son compatibles entre sí? En este sentido, este aspecto es un lindo discernimiento a recorrer por cada ser humano que aspira a vivir su vida en pareja, basada en el Amor. Será necesario que ambos seres que componen la pareja, sean conscientes sobre qué realidad están construyendo su vínculo amoroso.
Les planteo algunos tips que pueden ayudar, a modo de ejemplo: los proyectos propios, los de la pareja, proyectos en común, compatibilidad de unos con otros, compatibilidad de ideas y costumbres de ambos, posibilidad real de acuerdos, comunicación en la pareja, prioridades de cada uno con el uso del tiempo y del dinero, vivencia de la unidad de pareja, paternidad y maternidad, el lugar de los posibles o reales hijos, compromiso de cada uno para trabajar su propio carácter y ayudar al otro, apoyo de los proyectos personales de cada uno sin perjudicar la unidad, temas tabú en la pareja y capacidad de negociación de los mismos, …
Desde un pensamiento cristiano
‘AMAR, SIEMPRE ES UNA DECISIÓN DE CADA DÍA’.
Y supone cuatro aspectos existenciales y fundantes que deben robustecerse y ser revisados constantemente:
Amistad – Admiración – Atracción sexual – Proyecto común. (AAAP)
Cuando se acompaña cotidianamente el crecimiento del amor, uno se vuelve responsable de su construcción como experiencia humanizante y profunda, y elige qué fertilizantes destinará para cuidar esa delicada, pero bella planta. Si aún, transitamos por la etapa de los intentos de pareja, estos indicadores pueden ayudarnos a discernir si realmente es posible construir una experiencia de Amor con la persona con la que estoy, que dure y se formalice por mucho tiempo.
Que lindo es encontrar parejas en la vida que, con autenticidad y sinceridad logran exclamar: ‘¡Qué hermosa es la vida en pareja!’, ‘¡Esto me hace feliz y me acerca a Dios!’, “Gracias Señor por la persona que pusiste en la vida, a mi lado”.
Agustin Bergeret.
Referencias bibliográficas
Exhortación Apostólica Amoris Laetitia. Roma. (2016)
Cucci Giovanni. (2022). Artículo: “La pareja y el desafío del tiempo”. La Civiltá Cattólica.
Disponible en: https://www.laciviltacattolica.es/2022/02/18/la-pareja-y-el-desafio-del-tiempo/
Flores Colombino Andrés (2003). El lenguaje sexual. A&M. Uruguay. 5ª Edición. 143-144.
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PARA LA REFLEXIÓN Y COMENTARIOS
- ¿Qué preguntas, comentarios o sentimientos te surgen a partir de la propuesta planteada?
- ¿Este planteo puede serte útil para ayudar a realizar procesos a adolescentes y jóvenes que aún están en etapa de intentos de pareja? ¿Cómo lo adaptarías?
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En los tiempos que corren, el egoísmo e individualismo está por encima de cualquier proyecto de pareja. Las personas sienten que pierden identidad si toman el concepto de pareja tradicional. Es doloroso para aquellos que entendemos lo mismo que plantea este artículo y estamos con este tipo de personas que describi al inicio del comentario.
Me gustaría leer sobre ese tema de egoísmo o sobre empatía. Y también de por qué las mujeres tenemos un grado de tolerancia superior al temor o dolor ante una crisis.